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Durante las primeras etapas, se procedió a la remoción de diversos elementos existentes en la edificación como tanques, componentes con fibrocemento, carpinterías, y en general, una limpieza exhaustiva de todas las plantas. Todo este residuo fue almacenado temporalmente en contenedores específicos, y a continuación, gestionado y trasladado a vertederos autorizados.
Para el cometido de la demolición, se realizó el derribo de las siete plantas de habitaciones, vivienda en bajo cubierta, planta principal y un semisótano. Todo fue realizado con diversa maquinaria especializada, y tomando en cuenta las máximas exigencias en cuanto a seguridad se refiere. Durante la demolición, se presentaron hitos a destacar por diversa razón. Uno de ellos, fue el derribo de los balcones de la fachada del Hotel a la Avenida Samil. Una vez obtenido el permiso de ocupación al Ayuntamiento para la acera respectiva, buscando la seguridad de los transeúntes, se realizó el derribo durante dos días consecutivos.
Luego del derribo de la edificación y zonas anexas, como la zona deportiva, vino la etapa de machaqueo de los residuos, gracias al uso de una machacadora que fue trasladada a la obra. Los residuos resultantes, fueron transportados a vertedero autorizado. Al finalizar, se procedió a la nivelación del terreno, dejándolo en las cotas que el topógrafo de INVERAVANTE había señalado en planos respectivos.