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Se trataba de varias viviendas que se encontraban en diferente estado de conservación, pero en su mayoría, presentaban un nivel muy deteriorado y ruinoso. Estas viviendas se encontraban en dos lotes de parcelas. Cada lote presentaba parcelas contiguas, y en medio de ambos lotes, existía otra parcela de propiedad ajena. La maleza muy tupida y con distinto nivel, era una constante en toda la zona, además de la presencia de basura de toda índole, por el fácil acceso que presentaba la propiedad. La entrada de la maquinaria y retiro de los residuos, fue la fase más complicada del trabajo de demolición, debido al distinto nivel de cotas entre las parcelas de las viviendas y la calle Vázquez Varela.
Luego de unas semanas de limpieza, y clasificación de los residuos hallados en el interior de las viviendas, se procedió al derribo de los inmuebles. La etapa previa, fue la eliminación de los componentes con fibrocemento presentes en algunos techos de viviendas y bajantes. Con el personal especializado, y las normas de seguridad relativos a estos trabajos, se acopiaron y removieron en sacos destinados para tal fin.
A continuación, se dio entrada a la maquinaria: dos retroexcavadoras y un autovolquete. Una de las retroexcavadoras estaba dotada de un martillo picador, y la otra, con cizalla para realizar la demolición de los RCDs. Con esta maquinaria se derribaron las viviendas, y se cargaron los residuos para el porte y gestión a vertedero autorizado. La excavación previa de una terraza en el terreno, con el fin de disminuir la diferencia de cota con respecto a la calle Vázquez Varela, permitió la retirada de dichos elementos de forma más práctica.